miércoles, octubre 11, 2006

CONSPIRACIÓN TEHUANTEPEC


Este es un articulo para reflexionar por qué y qué es lo que ocurre al sur de nuestro país.
Por Carlos Antonio Villa Guzmán
En momentos de agudización de problemas sociales y crisis políticas como la que vivimos en estos días en el país, es necesario mirar de frente la historia y hacer nuevamente las preguntas que no han sido del todo resueltas y contienen aún mucho material que nos puede servir para formular posibles respuestas que ayuden a descifrar el entramado que se encuentra detrás de los conflictos y que no nos permite ver hacia el fondo, tratándose éste de esconder y disimular por los sucesivos poderes que se han servido de México en lugar de servirle.
¿Qué hay detrás de los puntos medulares de los tratados comerciales de América del Norte y qué similitud guardan en su lógica con los acuerdos llamados de Bucareli, signados durante el gobierno de Álvaro Obregón?
Para nadie es un secreto el siniestro “pacto de la embajada” que desencadenó la usurpación de Huerta y el crimen de Madero: todo perfectamente documentado y verídico. Estados Unidos una vez más irrumpió en la vida política de México y no tan sólo provocó la caída y muerte de un líder revolucionario sino que hundió a la nación en una guerra civil de consecuencias terribles en pérdidas humanas y materiales, cuya recuperación significó grandes endeudamientos y pactos penosos. Nos vendieron la paz a cambio de una desastrosa dependencia económica y tecnológica que en gran medida ha costado el desarrollo, entre otras calamidades como el atraso sociocultural que padece la población y la precariedad económica del Estado.
El origen de esa medida era y es el petróleo. El narrador y ensayista, Francisco Martín Moreno, en su obra: “México Negro”, documenta perfectamente estos acontecimientos que le dieron un giro decisivo a la historia de México. Lo que aconteció entre 1901 y 1941 trazó el rumbo del país hasta nuestros días y todo a favor de los veleidosos estadounidenses. Aparecen registrados los crímenes y las expropiaciones de tierras en la “Faja de Oro” de las Huastecas, al igual que las conversaciones y acuerdos con Victoriano Huerta, para hacerse del poder desconociendo a Francisco I. Madero, quien fuera asesinado salvajemente como sucedió con su hermano Gustavo. Toda una trama abusiva para extraer la riqueza sin obstáculos y con la venia de los cómplices de la época.
A casi un siglo de distancia, nuevamente nos mueven vientos de cambio revolucionario y no tan sólo las estructuras institucionales muestran agotamiento al igual que las viejas prácticas del ejercicio del poder, sino que una vez más el gobierno de Estados Unidos aparece en la escena y no precisamente como extra, sino con el papel estelar. Siempre ha estado ahí, indudablemente; como “socio”, cliente, proveedor, espía y hasta tutor político. Desafortunadamente también e invariablemente, ha dominado el terreno como fuerza que es el llamado “imperio americano”.
No se está exento de su determinismo en todos los renglones bilaterales, tanto en lo comercial, como en lo político e ideológico, hasta en lo moral y no se diga en lo cultural. La influencia es enorme y los estudios no cejan en tratar de descifrar toda esta interrelación con diversos enfoques: desde Octavio Paz, pasando por Allan Riding, los actuales investigadores de los Colegios de ambas fronteras y por supuesto las áreas de universidades de las dos naciones que aplican estudios sociales.
Las investigaciones acerca de las complejas y difíciles relaciones entre los dos países abundan en teorías que han abordado desde la antropología, hasta la economía y las coyunturas históricas. No es exagerado decir que la historia de México, durante casi doscientos años, ha estado ligada en forma dependiente, incluso sumisa, al poderío y expansionismo del país que es vecino en el norte.
Hoy no puede ser de otra manera, incluso la presión se ha intensificado al grado de operar ellos la decisión política más importante del país que es la sucesión presidencial. Ahora no es imprescindible que los embajadores hagan largas estadías en nuestro territorio para afianzar acuerdos, sino que los ex presidentes como Ernesto Cedillo y Carlos Salinas, despachan en sendas oficinas en los centros financieros de allá, del norte, como decimos los de aquí.
No es una ocurrencia popular llamarles gerentes en lugar de presidentes, es la realidad. El control hacia México se ejecuta vía la presidencia de la república y ya ni siquiera es necesaria la carrera política sino que basta con haber dirigido la sucursal de una trasnacional como la Coca Cola.
México vive un pre estallido social que puede ser de grandes consecuencias. Estados Unidos lo instiga como gran beneficiario. Esa es la tesis que sostengo a partir del análisis historiográfico y en base al desenvolvimiento de los acontecimientos actuales.
Estados Unidos pretende el control absoluto del paso interoceánico en el Istmo de Tehuantepec. El desmantelamiento del artículo 27 Constitucional llevado a efecto por Salinas ya apuntaba en esa orientación: se negoció el paso y únicamente falta la crisis social y política para consumarlo en hechos. De Chiapas se pasó a Oaxaca y en breve veremos el sur completo sumergido en esta vorágine planificada. Ahora vamos a tratar de responder ¿por qué?
La que pudiéramos llamar “conspiración” de Tehuantepec”, es un plan que implica antecedentes políticos y una evolución histórica que es posible que tenga una vinculación muy directa con lo que se vive en el país en estos días; inestabilidad que en breve pudiera desembocar en ingobernabilidad.
Trataré de explicar en unas líneas lo que he investigado durante aproximadamente ocho años respecto a este asunto geopolítico:
La parte angosta de la República Mexicana, lo que llamamos Istmo de Tehuantepec, es una región sumamente estratégica en términos de riquezas naturales, recursos y sobretodo la posibilidad de rutas comerciales entre el norte y el sur del continente, así como entre ambos océanos (Pacífico y Atlántico) que divide dicha zona ístmica.
Un paso interoceánico ha sido concebido y discutido por los gobiernos de México y EU, desde la época de Benito Juárez.
En algún momento los vecinos norteños exigieron el libre paso a través del istmo (afortunadamente no se dio esta situación) y se llegó a construir un ferrocarril cuando gobernaba Porfirio Díaz. El Ferrocarril Inter-oceánico, cuyo tendido de vías aún perdura.
Al finalizar el siglo XIX, fue traído a América monsieur Lesceps (El contratista del Canal de Suez) quien sugirió el lugar idóneo para la realización del canal: el Istmo de Tehuantepec, sin embargo, las condiciones sociales del país no estaban como para ceder el paso a los estadounidenses y éstos buscaron otra alternativa: Colombia, en una parte muy angosta y con abundantes recursos hidrológicos: Panamá, entonces departamento colombiano.
La previsible negativa de los colombianos generó una guerra que se conoce como la “Guerra de los mil días” y en ella murieron alrededor de noventa mil colombianos. Finalmente fue cercenada esta parte del país y los gringos inventaron Panamá para construir el canal.
Fue hasta 1908 cuando el congreso de Colombia, mediante una cierta cantidad de dólares, (80 mil) reconoce la independencia de esta nueva república latinoamericana. Cuatro años antes se había inaugurado el canal y hasta 1999, fue cruzado por alrededor de 700 mil navíos de todos los calados y procedencias.
La importancia que tuvo el canal comercial y militarmente durante un siglo está fuera de toda duda. Sin embargo, esta compleja obra de ingeniería hidráulica que continúa brindando un gran servicio al ser la única posibilidad de paso interoceánico, (además del Estrecho de Magallanes) fue “devuelta” a los panameños el 31 de diciembre de 1999 en una ceremonia pomposa y al mismo tiempo discreta.
Años antes hubo situaciones como los “acuerdos Torrijos- Carter”, la invasión de Granada y Colón, las protestas y brutales represiones estudiantiles, las bases militares en las islas panameñas, el secuestro y encarcelamiento de Noriega cuando ya no les fue útil, entre otros conflictos que se han suscitado en este escenario.
Por esas fechas (enero del 2000) el Discovery Chanel presentó un reportaje sobre la intensa actividad de Panamá gracias al canal. En ese programa pudimos apreciar, aparte de la historia y las condiciones actuales de dicha ruta, cómo los nuevos navíos ya no pasan tan fácilmente debido al enorme calado que tienen. Esos gigantescos buques que llevan miles de contenedores y que cada vez se construyen más grandes, requieren otra alternativa.
Un buque insignia de la marina norteamericana, construido durante la Segunda Guerra Mundial, regresó a su base en California y libró con apenas 30 cmts. en cada costado de su enorme casco. Se requirieron 15 prácticos para la maniobra de cruzar por el canal. Son otros tiempos y los días del Canal de Panamá como única vía interoceánica, se han reducido considerablemente.
Las grandes transnacionales y los gobiernos de Estados Unidos y España, principalmente, voltean nuevamente hacia México, específicamente hacia Tehuantepec.
Este lugar ofrece condiciones idóneas para abrir, no ya un canal como ruta navegable, sino que existe un megaproyecto que contempla la construcción de una doble vía de ferrocarril y varias autopistas para conectar los puertos de Coatzacoalcos, Ver. y Salina Cruz, Oax y entre ellos una conexión hacia el norte y hacia el sur de América. Este nuevo plan se dio a conocer en el presente sexenio con el nombre de: Plan Puebla Panamá.
En el tiempo que tengo recopilando información he conseguido, entre algunos otros textos, dos libros que me proporcionaron información muy puntual al respecto. El primero de ellos fue editado en 1973 con el título de: “El codiciado Istmo de Tehuantepec”. El autor es Manuel González Ramírez. (Editado por la Secretaría de Obras y Servicios del DF. Colección Metropolitana) En esta obra el autor da cuenta de los tratados históricos, las intervenciones y maniobras políticas, sobretodo estadounidenses, entre otras artimañas planeadas con este fin.
El otro libro lo adquirí durante un reciente viaje a la zona del istmo. Se titula: “El Plan Puebla Panamá en el Istmo de Tehuatepec”. Los autores son: Guillermo Almería y Rebeca Alfonso Romero. La 1ª. Edición es de 2004, pertenece a la colección Pensamiento Propio que editó la Universidad de la Ciudad de México y el Gobierno del Distrito Federal.
Se trata de una investigación que recopila información precisa de los aspectos técnicos y económicos de dicho plan, así como la respuesta de las comunidades, entre otros factores en pro y en contra del proyecto. El trabajo da cuenta de todos los aspectos socio políticos, los intereses económicos, tanto privados como comunitarios y los puntos finos de la transformación sociocultural de la zona ante el empuje del Plan Puebla Panamá como eje industrial y comercial de índole global.
Pude comprobar con estos libros y con el viaje, que todo lo que había supuesto a partir de las lecturas y de observar el curso de la política en México, junto con el fenómeno social del neoliberalismo, está a la vista.
Las autopistas ahí se encuentran y el artículo 27 constitucional fue modificado por Carlos Salinas para facilitar la reconversión de esta zona geográfica. (Es el artículo de la tenencia y uso de la tierra) Todo está corroborado y consignado en los libros que menciono y con ello baso mi hipótesis.
Pudiera abundar mucho más en una gran cantidad de detalles como lo es la energía eólica que ofrece esta “cintura” del país, convirtiéndolo en un lugar privilegiado para aprovechar las potentes y constantes corrientes de aire que en forma de chorro cruzan de uno a otro océano. Ya se comenzaron a instalar los primeros generadores eólicos con los que se pretende alimentar de energía a las industrias que se posicionen y comiencen a invertir.
Considero que no debe ser visto de forma negativa el progreso siempre y cuando el país se vea beneficiado directamente del mismo. Al decir “el país”, me refiero a la gente de toda condición que pueda recibir dicho beneficio traducido en servicios y oportunidades de desarrollo, al igual que una mejoría sustancial en la calidad de vida.
El problema surge cuando los beneficiarios son capitales privados que pretenden apropiarse de estos recursos y en este caso dichos inversores pudieran ser extranjeros. De hecho son compañías españolas y estadounidenses las que hasta ahora han intervenido.
Hasta el momento existe una consensuada resistencia por parte de las agrupaciones civiles; comisariados y otras representaciones populares, para que se lleve a cabo este plan concebido desde la óptica global y sobretodo neoliberal.
Además las condiciones económicas recesivas, sobretodo en E.U., han impedido mayores flujos de capital hacia la zona a través de los organismos financieros que acostumbran endeudar a los países en desarrollo.
Pero no debemos descartar que va a llegar el momento en que el hilo se rompa y sea inminente la apropiación del Istmo. Para ello es necesario una crisis mayor aún que las que hemos vivido recientemente, para que, ahí está la historia que lo registra, negociemos en condiciones desfavorables y dejemos para el otro las ventajas de los acuerdos.
Estas fechas me recuerdan mucho a los años anteriores e inmediatamente posteriores a 1910 cuando el petróleo se convirtió en el detonante de la guerra revolucionaria tras el crimen de Madero. Enseguida vinieron los “Acuerdos de Bucareli” y no hemos dejado de ser de alguna manera sometidos a los intereses yankis, por medio de créditos impagables, acuerdos internacionales de libre comercio, entre otras medidas bastante difíciles para la vida de un ciudadano que vive de un salario y absolutamente cruentas y despiadadas para los millones que ni siquiera salario tienen.
Volviendo al motivo de la presente, quisiera mencionar un artículo de Walter Goobar titulado “Confesiones de un golpeador económico”, en el que habla de un libro escrito por un tal John Perkins, quien por muchos años trabajó al servicio del gobierno de Estados Unidos para introducirse a países pobres y mediante indicadores económicos falsos y otras truculencias, lograba involucrarlos en créditos imposibles de pagar. Con ello se desestabilizaban las respectivas economías, por lo que se recurría a métodos de cobranza bastante extremos. El autor narra que Indira Gandhi fue visitada por un representante de E.U, quien le llevó un mensaje de que 70 inversionistas estadounidenses, con contratos de inversión de 30 mil millones de dólares viajarían a Nueva Delhi en cuestión de horas si ella aceptaba un crédito por la misma cifra del FMI. Gandhi recibió al representante en su despacho del parlamento, pero rechazó la oferta con el argumento de que con dificultades acababa de pagar un empréstito de dos mil millones de dólares y no veía cómo aceptar este “negocio”. Según un alto funcionario, ella pagó con su vida este rechazo.
Así actúan estos monstruos del dinero. Por eso no dudo que una crisis que se agudice con elementos explosivos tales como el crimen organizado y el no organizado, la corrupción desmedida en los distintos niveles de gobierno, la inoperancia del Estado, etc., viene a la medida para consumar sus aviesos planes. Al tiempo.
Por tales motivos he llegado a proponer que sea debatido éste y otros temas relacionados, para tratar de profundizar un poco más en la problemática bajo distintos enfoques.
¿Quiénes le ponen estas tremendas zancadillas a AMLO? Estos mismos monstruos asociados que temen que México sea dueño de sí mismo y para los mexicanos.
No es que yo quiera decirle algo a AMLO sobre estas cuestiones, yo creo que las conoce de sobra. Lo que trato de decir es que relaciono la guerra que le hacen, con todos los intereses que están en juego. Más que nunca debemos informarnos sobre lo que tramó y negoció el dizque gobierno del cambio como continuidad de los inmediatos anteriores.
Las señales son múltiples, lo que sucede en el sureste y en Oaxaca no es espontáneo. Y por último, lo que se ha dado a conocer a nivel de escándalo en la persona que encarna nada más y nada menos que la máxima autoridad católica del país, contiene los mismos elementos desestabilizadores que obedecen a un plan maestro. No se trata de justificar y mucho menos librar al clero de su enorme responsabilidad jurídica y moral, sino ver el asunto en el mismo contexto, es decir, la insidia para poner en la crisis otros elementos que justamente se basan en la división de juicios y opiniones, en este caso la conducta de los prelados y con ello la merma de la fe institucional. Eduardo Galeano había advertido sobre esta clase de dominación a través de las conciencias.
¿A qué exactamente se refirió el cardenal Sandoval cuando responde a los señalamientos de encubrimiento a su correligionario y obispo “primado” de México, al decir que se trata de una intromisión del imperio? ¿Contará con alguna información que le haga señalar a todo el “imperio” norteamericano como causante del “chantaje” (desde su perspectiva) en contra de la autoridad eclesiástica mexicana? ¿De verdad cree que la cúpula del gobierno de los EU desea acabar con la imagen de Ribera Carrera? O ¿Sabe algo más? ¿Estará tan bien informado que piensa que algunos enemigos encontraron un pretexto para agudizar la crisis en México vía la iglesia pero por el lado del desprestigio ético?
Me extendí un poquito, pero me pareció muy importante dar algunos datos para ayudarnos a entender lo que sucede y no ser únicamente “fichas” del tablero que “alguien” mueve y ni sabemos quién, cómo, ni para qué.

1 comentario:

JOEL HUACUJA BETANCOURT dijo...

Én México vivimos una democracia que permite dos presidentes y dos países. Uno al norte y otro al sur.
La Conspiración de Tehuantepec es el fondo de estos conflictos, por los intereses del poder extranacional que desde hace más de un siglo pretende ampliar sus fronteras en el Istmo de Tehuantepec.
Este artículo sinóptico de Carlos Antonio Villa Guzmán es muy claro para quienes uieran verlo.